¿Le encanta leer y aprender cosas nuevas? ¿O tiene que leer muchos documentos para trabajar? Vivimos en un mundo acelerado: la información es el eje central de la mayor parte de nuestras vidas. En nuestra vida personal, hay muchas cosas que queremos aprender. Y si usted es un trabajador del conocimiento, es probable que tenga que leer correos electrónicos, informes y otros documentos a diario.
La multitarea perjudica nuestra productividad. Y hay tanto que leer, pero tan poco tiempo, ¿no? Eso no es necesariamente cierto. La lectura rápida es algo que ha recibido mucha atención en los últimos años. La gente siempre está buscando formas de hacer las cosas de manera más eficiente. Al aprender a leer rápido, procesas significativamente más información y haces las cosas más rápido. Sin embargo, con la mayoría de las técnicas de lectura rápida, se requiere que adaptes tu estilo natural de lectura.
Una búsqueda en Google de “lectura rápida” arroja varios métodos. La mayoría de ellos implican la coordinación ocular, leer entre líneas, saltarse palabras o visualizar mientras se lee. En los últimos años, he probado diferentes técnicas. Al principio, descubrí que eran útiles y productivas, pero después de uno o dos días, volvía a caer en mis viejos patrones. Por ejemplo, mover los ojos súper rápido no me parecía natural.
Similar a la “técnica de visualización”: esto requiere que visualices cada palabra que lees. Si bien no cuestiono la eficacia de estos métodos (probados), creo que no son para todos. El problema es que somos criaturas de hábitos: cambiar la forma en que leemos es algo extremadamente difícil porque es algo que hemos aprendido de niños.
He encontrado cinco estrategias que puedes aplicar sin cambiar tu forma de leer. Estas estrategias no se centran en la técnica de lectura en sí, sino en estrategias que mejorarán el tiempo que tardas en terminar un libro o documento. No se trata necesariamente de palabras por minuto, sino de terminar algo en menos tiempo que antes, pero captando toda la información.
5 consejos para leer rápido
El mayor obstáculo que se interpone en el camino de la mayoría de nosotros son los conceptos erróneos que tenemos sobre la lectura. Creemos que tenemos que leer cada palabra de un libro, artículo o documento para comprenderlo. Simplemente no tenemos tiempo para leer cada palabra, no importa lo rápido que leamos. Creemos que tenemos que memorizar todo por la presión de la escuela; teníamos que recordar todo porque teníamos exámenes.
Intentar recordar todo lo que lees es una pérdida de tiempo: olvidamos el material que nuestro cerebro almacena en su memoria de corto plazo después de un par de días. Por eso, es hora de deshacernos de algunos conceptos erróneos y mejorar nuestros métodos de lectura.
1. Aprende el ‘arte’ de saltar la cuerda
Nuestro cerebro puede comprender conceptos sin tener que leer un libro o artículo completo. Si sabe “qué” omitir, podrá leer un libro más rápido y obtener la información esencial. Una vez que haya leído algunos libros de no ficción, conocerá la estructura . Comprender el esquema le ayudará a omitir partes no esenciales. Por ejemplo, comience por ver el libro completo (también puede hacer esto para informes, publicaciones de blog, etc.).
Lee los primeros párrafos introductorios para captar el mensaje del libro. A continuación, lee los subtítulos y los títulos. A continuación, lee la primera y la última oración de cada párrafo. Este método te ayudará a comprender el texto más rápidamente. Esta estrategia te proporcionará el 40 por ciento de la información vital.
2. Dirige tus pensamientos
Un mal hábito es soñar despierto: pensamos en las cosas más extrañas cuando leemos. Nuestra mente se va por las ramas. Soñar despierto es algo que todos hacemos, no tiene sentido dejar de hacerlo. En lugar de eso, conviértalo en algo que le ayude a comprender. La próxima vez que se dé cuenta de que su mente divaga, dirija sus pensamientos hacia el tema sobre el que está leyendo.
Relaciona las palabras que estás leyendo con experiencias de la vida real . Por ejemplo, cuando estés leyendo sobre formas de lidiar con el estrés, piensa en un período en el que hayas estado muy estresado. De esta manera, permites que tu cerebro cree conexiones que te facilitarán recordar.
3. Deja de subvocalizar mientras lees
Cuando leemos, pronunciamos las palabras con la boca. A este ritmo, leemos 150 palabras por minuto, lo que equivale a nuestra velocidad de habla. Las investigaciones demuestran que el cerebro puede procesar hasta 400 palabras por minuto. Si dejamos de pronunciar las palabras con la boca, podemos aumentar la cantidad de palabras que procesamos en un 200 %. Un truco fácil para dejar de subvocalizar es centrarse en las palabras clave y omitir el resto. Trate de poner esto en práctica y de darse cuenta de que está pronunciando las palabras que está leyendo con la boca.
4. Establezca una meta
Establece una meta sobre el tipo de información que quieres obtener después de leer algo. Pregúntate: ¿Por qué estoy leyendo esto? ¿Por qué necesito esta información? ¿Cómo puedo usarla? Si estás en la universidad y tienes un examen sobre una materia, concéntrate en las partes que se cubrieron en las clases.
Cuando estés leyendo un libro sobre ejercicios y quieras empezar con una rutina de fitness, lee las partes que incluyen las diferentes rutinas de fitness. No tienes por qué descartar el resto, pero al menos puedes priorizar tu lectura. Además, si no sabes exactamente por qué estás leyendo algo, ¡NO LO HAGAS!
5. Captura la información más importante
Es cierto que no tenemos por qué recordarlo todo, pero al mismo tiempo queremos recordar lo importante. Por eso necesitamos un sistema de recuperación que nos ayude a recuperar la información cuando la necesitemos. Considérelo como una copia de seguridad de su cerebro. Configurar un sistema de recuperación es algo muy personal: algunas personas prefieren escribir los conocimientos en su cuaderno, otras prefieren tomar fotografías. Haga lo que mejor le funcione.
Por ejemplo, yo prefiero Evernote porque funciona de forma similar a cómo funciona nuestro cerebro. Cuando leo un libro o un artículo, resalto lo más importante. Cuando termino un libro, vuelvo a lo que he resaltado y hago fotos con Evernote. Cuando necesito recuperar la información, puedo utilizar la función de búsqueda de Evernote, que también reconoce el texto de las imágenes. Tener un sistema de recuperación también me quita la presión de memorizar información.
Conclusión
La mayoría de las personas no piensan que leer sea divertido. Sin embargo, adquirir conocimientos es esencial para tu crecimiento . Es cierto que puedes aprender de diferentes maneras y debes concentrarte en “cómo” aprendes mejor (video, audio, texto). Pero la verdad es que no podemos comparar
Evita por completo la lectura. Así te resultará más fácil aprender las cosas más rápido. Por último, tómate un descanso cada 30 minutos. Las investigaciones demuestran que el cerebro humano solo puede concentrarse en una tarea durante un breve periodo de tiempo. Tómate un descanso de la lectura e intenta leer todos los días. Si sigues haciéndolo, en poco tiempo serás mucho más inteligente.